miércoles, 3 de junio de 2015

1: Penas.

Extiende sus alas.
Extiende sus alas y comienza a elevarse.
Se eleva mas allá de su mente, de sus pensamientos.
Sobrepasa la barrera que le genera el sentimiento.

Y sin mas, vuela.
Está volando y le gusta.
La adrenalina corre por sus venas.
Fluye como si fuera sangre cargada de vida.
Cargada de futuro y esperanza.

Y sin darse cuenta comienza a caer.
Cada vez mas rápido, cada vez mas abajo.
Y ahí lo entendió: esa no era su sangre.
Su sangre en realidad lo asustaba.
Su sangre estaba llena de arrepentimiento.

Arrepentimiento y dolor.
Porque carga con sus duras penas.

Penas de un triste marinero,
que vivió alejado de su familia y hogar,
y que se ahogó en el mar
porque estaba ahogado en el remordimiento.

Penas de un camarero,
que irónicamente murió de hambre.
Porque lo único que lo hubiese llenado
sería el beso de aquella rubia cariñosa.

Penas de un profesor,
que pasó su vida enseñando y sin embargo
nunca pudo aprender a ser feliz para si mismo.

Ahora admiraba el mundo desde el suelo,
y por primera vez todo era hermoso.
Con un poco de fuerza levantó las piernas.
Levantó las piernas y comenzó a caminar.

Caminaba mas allá de su mente,
mas allá de sus pensamientos.
Salta aquella barrera que una vez
habían impuesto sus sentimientos.

Y sin mas, corre.
Está corriendo y le gusta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario